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El autorretrato de Leonardo da Vinci está en Roma

El autorretrato de Leonardo da Vinci ha llegado en el tren de alta velocidad desde Torino a Roma. En una sala reservada sólo para esta pieza en los Musei Capitolini de la capital italiana, se puede apreciar su rostro.

 

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Autorretrato de Leonardo da Vinci

 

Es enigmatico, fascinante y bellísimo. El autorretrato del famosísimo pintor trasmite sensaciones inéditas. El autorretrato está expuesto en una sala exclusiva para la pieza, con una climatización y condiciones estudiadísimas para su conservación. Caminar hasta él y descubrirlo es emocionante.

Mirar la sala y la obra, es realmente bellísima:

Cuando se escucha el nombre de Leonardo da Vinci, cualquier cosa de la que se hable de él, siempre da el corazón un pequeño vuelco einmediatamente nos transportamos a la imagen de la Gioconda. El nombre Leonardo lo sentimos cerca, cuando oímos Da Vinci pasa lo mismo, pero no todos los días se recibe una invitación para observar de cerca y por varios minutos una pieza de su obra y menos su autorretrato. Es un privilegio para pocos, lo sé, pero gracias a esta visita os puedo mostrar la pieza. Si venís a Roma la podéis visitar, ya que estará hasta el 3 de agosto en los Museos Capitolinos.

Fue transportado en el tren de alta velocidad conocido como el «Flecha rosa» (Frecciarrossa), saliendo de la Real Biblioteca de Torino, y custodiado en todo momento por un grupo de expertos en la conservación de obras de arte y con medidas de seguridad excepcionales. No faltó la presencia de un grupo de Cabinieri.

Hay detalles interesantes en la obra, como lo que se puede leer en el margen inferior y con escritura no «leonardesca» «Leonardus Vinicius Ritattro di se sets assai vechio».

En su autorretrato aparece como un hombre con canas, cabellos y barba larga y calvo hasta la mitad de la cabeza, con expresión seria y severa. Las primeras noticias de este autoretrato se tuvieron en el inicio de siglo XIX en Milán.

Observando este retrato se pueden aprender mil cosas relacionadas a Leonardo, a las técnicas de aquel entonces y a su propia vida…

Alicia Romay

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