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Viaje desde el Vaticano a Castelgandolfo con el tren del Papa

Con motivo de la apertura al público del Palacio Pontificio de Castelgandolfo, residencia de verano de los Papas, viajamos a bordo de su locomotora a vapor.

 

 

 

El Papa Francisco ha declarado: «A Castelgandolfo no voy porque tengo mucho que hacer en Roma, y no quiero que esta riqueza y esta belleza sigan cerradas, abridlas por favor al público» con este sencillo pero real discurso, por primera vez en la historia, el Vaticano ha creado junto con Trenitalia, una línea directa hasta Castelgandolfo y también ha decidido abrir las puertas al público del Palacio Pontificio.

Desde el 12 de septiembre se han puesto en marcha los trenes que conducirán a los turistas (sólo los sábados) a la residencia de verano del Papa, y se han abierto al público, las puertas del Museo del Palacio Pontificio  (ver la página web de los Museos Vaticanos)

El día de la presentación a la prensa creíamos que la locomotora sólo la habían puesto a calentar motores para mostrarnos el «efecto» de una máquina antigua a vapor en marcha, sin duda, era espectacular verla funcionar.

Creo que no fui la única en dar por hecho y quedarme complacida con la invitación que nos hizo el Vaticano a ver funcionar la locomotora que ha transportado a tantos Papas pero, unos minutos después, nos invitaron a subir a los vagones, también pensamos que era sólo para una exhibición.

Cuando el maquinista hizo sonar el pitido de la locomotora, el supervisor cerró las puertas y arrancamos hacia Castelgandolfo, no nos creíamos vivir esta experiencia extraordinaria.

 

 

Los vagones son pequeños, hay dos categorías, en la segunda clase los asientos son de madera y en la primera clase los asientos son de terciopelo rojo y tienen reposacabezas impolutos de lino blanco con bordados a mano. También son diferentes los sitios en donde se colocan los bolsos o maletas, creo que antes se viajaba con menos equipaje, estos son de redes y estrechitos.

Los vagones también tienen baños, muy pequeñitos que funcionan muy bien.

Aunque la locomotora la había visto alguna vez aparcada en la estación que utiliza el Papa para sus viajes, nunca imaginé viajar algún día en ella.

A partir de ahora, ya se puede ir en tren desde el Vaticano, a este rincón maravilloso en donde tantos Papas han pasado sus veranos, imaginaros cómo es este rincón italiano en medio de agua y jardines impresionantes. 

En mi próximo post os contaré cómo es el Palacio Apostólico y su museo en Castelgandolfo. Uno de mis sitios preferidos cercanos a Roma para fines de semana. Ci vediamo!!

Alicia Romay

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