Es la acción de coleccionar objetos o materiales que se relacionan a un evento particular o a una persona y se guardan como souvenirs.
¿Cuántas veces has comprado un souvenir de algún acontecimiento importante? ¿Lo haces habitualmente y lo vas coleccionando con otras piezas que has adquirido? A esto se llama memorabilia.
Está claro que si tenemos la suerte de ir a unas olimpiadas, a un mundial de fútbol, a una boda Real o en este caso, si coincide con un viaje papal, nos pica el gusanillo de quedarnos con una pieza de recuerdo, pero esto no es memorabilia, es simplemente el impulso que nos pilla en el momento que lo vemos.
Muchas veces cuando volvemos llenos de souvenirs, al poco a tiempo, no sabemos qué hacer con ellos, como con la camiseta que nunca nos pondremos por tener colores y diseños imposibles, que «cantan» tanto que al final la metemos en el armario para siempre.
Yo no soy mucho de comprar en cada viaje, nunca me ha atraído comprar algún recuerdo de cada ciudad que visito y seguro que se debe a dos cosas. Una, que como siempre voy corriendo haciendo entrevistas y fotografías, no me da el tiempo para más, pero creo que hay algo más profundo en no hacerlo: no los compro porque sólo de pensar en limpiarlos me echa para atrás.
Más de una vez me han regalado un souvenir, que por cierto, lo agradezco y me hace muchísima ilusión, pero a veces, y según lo que sea, no sé dónde ponerlo, aunque lo guardo con cariño y cada vez que lo veo recuerdo a quién ha tenido el detalle de dármelo.
Esta vez para la visita del Papa a Philadelphia que empieza el sábado 26 de septiembre , los americanos han puesto a la venta cientos de artículos.
¡¡A mí ya me ha caído el primero!!
