VISTAS DESDE EL W DE BARCELONA
La experiencia de llegar a Barcelona y descubrir los placeres de los que disfrutan sus habitantes, es ver la luz que puede ofrecer la vida.
Esta ciudad es sin duda un sitio lleno de contrastes, cualquier visitante vibra descubriendo sus rincones y creando los momentos mas lúdicos.
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Hemos pasado un fin de semana en Barcelona, hacía falta desconectar sintiendo el mar, llenándonos de imágenes diferentes y sobre todo sin mirar el reloj.
Paseamos por la playa en medio de una vorágine de imágenes, fue una caminata de más de 2 horas, empezamos en el Hotel W (los barceloneses le llaman hotel vela), que está al final de la playa, y no paramos hasta media hora más adelante del Hotel Arts, un buen recorrido muy agradable.
Durante el paseo, tuvimos un encuentro muy simpático con Richard Brekelmans, Director General del Hotel W y Area Manager para los hoteles de Starwood Hotels & Resorts en España. Nos contó cómo entrena; corre por el paseo marítimo a menudo, su longitud son 4 km. (no está mal tomando en cuenta que el ir y volver son 8 en total) Una vez más, confirmo que poner a caminar el corazón un poco más deprisa como ejercicio habitual mantiene el cuerpo y la mente en plena forma.
Richard Brekelmans, Director General del W de Barcelona y Area Manager Starwood Hotels & Resorts en España
Hicimos caminata un día y pasemos en bicicleta otro, cualquiera de los dos son magníficos planes, pero OJO: el día que llegamos quisimos alquilar una de las bicis, que por cierto son muy chulas, que vimos en diferentes puntos de la ciudad llamadas Bicing, la desilusión surgió cuando buscamos en cada puesto el sitio en donde vendieran las tarjetas para poder accionar el mando y llevarnos cada uno la bici para pasear, indagamos minuciosamente en las bicicletas, en la columna, arriba, abajo y nada. Salimos de la duda cuando decidimos preguntarle a una señora encantadora, en el kiosco más cercano, y nos contó que esas bicicletas eran sólo para los residentes en Barcelona, que el Ayuntamiento había tenido esta iniciativa como servicio en la ciudad y que tuvo tal éxito que tuvieron que reservarlo sólo a los residentes.
Es una pena no poder disfrutar de ellas siendo turista, pues sería una forma muy sana, ecológica y práctica para conocer la ciudad condal.
La misma señora nos recomendó una tienda cercana en donde alquilaban bicicletas y motos.
Chiringuito muy bueno en el paseo marítimo
Yo, como siempre, disfruté de los artistas ambulantes, hay unos buenísimos
Nos recomendaron la zona de Les Corts para vivir la «otra Barcelona», nos metimos a la plaza de la Concordia, cerca del parque de Pedralbes, una pequeña plaza en donde viven como en un pequeño pueblo, alejados de la modernidad de la ciudad, vamos, vida en familia.
La experiencia de entrar al Centro Histórico merece la pena. Almorzamos riquísimo en Fragments, un pequeño restaurante.
Terminamos la jornada en el penthouse del W, ECLIPSE, la discoteca de más moda de Barcelona con una vistas impresionantes.
¡YO VOLVERÍA YA MISMO!
