Estamos en una época en donde el tiempo libre nos da para pensar más de lo que habitualmente lo hacemos. Hay muchas personas que cuando lo hacen, si cuando piensan, el resultado es desastroso. Una perfecta compañía cuando se tiene tiempo libre (o no) es la lectura. Se pueden aprender fórmulas sencillas para sentirse y ser felices.
Rafael Santandreu: Las Gafas de la felicidad
Rafael ha escrito un libro que no os podéis perder: «Las Gafas de la felicidad», Santandreu ha analizado varias «problemáticas» propias de esta época estival.
Se puede ayudar a ver la vida de otro color leyendo un libro como éste cambiando muchos pensamientos negativos. Las Gafas de la felicidad es una continuación de su primer libro «El arte de no amargarse la vida». ¿Hace falta llegar al límite de la desesperación para pedir ayuda? Rafael dice que a veces si aunque no es lo más aconsejable, pero que siempre hay salidas. La mayor parte de la gente no es muy feliz según Santandreu.
Durante el verano se multiplica el interés por este tipo de libros… ¿Somos más vulnerables emocionalmente en verano? ¿El tiempo libre o el calor nos hace ser más sensibles a nuestros cambios de estado de ánimo?, seguramente es por esto que buscamos en la lectura, ayuda.
Un 80% de los españoles reconocen padecer estrés. ¿Sabemos liberarnos de las tensiones en vacaciones? ¿Conocemos la manera de reducir nuestro nivel de estrés durante nuestro tiempo de ocio? Santandreu habla de «la fuerza del disfrute frente a la fuerza de la obligación».
¿Tenemos terribilitis? Una de cada tres parejas que se separan, lo hacen en verano tras una vacaciones juntos. El 50% de las parejas en occidente no aguanta más de diez años juntos según datos del INE. ¿No sabemos convivir? ¿Cuales son las claves para tener una pareja duradera y hacer frente a los problemas de convivencia veraniegos? La importancia de sugerir en lugar de exigir.
Rafael también le llama terribilitis a la sensación de fracaso y miedo, comenta que los miedos son alertas que no deberían de asustarnos sino impulsarnos.
Chicos, de verdad, hay que ponerse ya «las gafas de felicidad»
Vamossssssssss
