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Verano 2015

El calor que hemos pasado estos meses nos ha llevado a sentirnos agotados más de la cuenta. Yo llegué a las vacaciones «arrastrando la cobija» -expresión mexicana- que traducida al castellano sería: «arrastrando la manta». El mejor descanso ha sido estar en casa, en familia, desconectada, en la piscina y en el pueblo. ¿Qué más se le puede pedir a la vida?

 

Los primeros días que pasamos en la casa de la sierra, que llegamos con un ritmo tremendo, pusimos todo a punto, colocamos eso que sabemos que nos hace disfrutar, era la necesidad imperiosa de empezar a sentir felicidad total y así fue.

El cambio de rutina es fuerte, sobre todo cuando cambias de país, de ciudad, de horarios de alimentación y de clima. Ponerse un jersey para salir a cenar es un lujazo. Veranear en la sierra es lo que tiene, templado de día y fresquito de noche.

La cenas al aire libre tienen un encanto especial. No importa que haga un poco de fresco, sino al contrario, es una sensación riquísima alternar los pinchos con las cañas dándole vueltas a la bufanda.

En verano las jornadas se desarrollan completamente diferentes. Es divertido analizar como los primeros días se despierta uno con tanto ímpetu que se desea abarcarlo todo, y conforme van pasando las semanas, se va uno relajando a tal grado que las últimas jornadas sólo se hace lo indispensable.

Repaso los primeros pasos:

El momento biquinis y pareos: una maravilla.

Después viene el momento sandalias y alpargatas, emocionante.

Para llegar al momento piscina, refrescante

Sin que falte la parte gastronómica: delicioso.

 

¡Han sido unas vacaciones perfectas para reciclar la mente y el cuerpo! Hemos pasado un verano extraordinario, pero como todo lo que empieza también termina, no queda otra que hacerlo de la mejor manera y ha sido al lado del mar, en estado de relajación total y disfrutando de una puesta de sol impresionante:

 

Ya sé que falta todo un año para que empiece nuevamente el verano, pero reiniciar la temporada también tiene su encanto: el volver a la pelu, al orden, a las dietas y al ejercicio diario también merece la pena. EMPIEZA UN NUEVO CURSO Y YO ESTOY DESEANDO ARRANCARLO.

 

Alicia Romay

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