Viajar a Roma no es sólo llenarse de la riqueza de sus museos, sus esculturas y sus calles laberínticas, salir de la gran ciudad es también de un placer indescriptible.

 

 

Si llegas a Roma y decides darte el lujazo de descubrir algo diferente a las afueras, merece la pena alquilarse un coche e ir a Orvieto.

Se puede salir por la vía Veneto rumbo a  la vía Salaria y después de recorrer algunos kilómetros por esta carretera (que se parece más a una calle a las afueras de Roma que una carretera en sí) hay que seguir hasta la autoruta a Firenze, y después de conducir por más 70 km, por una autopista impecable, se encuentra la salida a Orvieto, una ciudad que impresiona por su Duomo, en el que está una capilla de belleza infinita con frescos que impactan, la Capilla de San Brizio, que para muchos es la precursora de la Capilla Sixtina. Cuentan que Miguel Ángel acudió allí para inspirarse antes de pintar la del Vaticano.

La fachada de la catedral de Orvieto deja maravillado al mas insensible, al descubrirla, cuando se camina de la Piazza del Popolo al centro, se que queda uno realmente mundo, por su perfección, colorido, exactitud y belleza.

 

 

 

Los frescos de la capilla  de San Brizio, impresionantes. La resurrección de los muertos de Signorelli, expresa como desperezan sus cuerpos después de haberlos mantenido inertes .

 

Y visita al Pozo de San Patricio, un pozo de 13 metros de diámetro y 60 metros de profundidad, dos escaleras de caracol de 248 cada una, una experiencia especial.

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¡¡Seguimos viajando!!