Casarse es emocionante, cada momento, cada decisión, cada recuerdo. Pero es verdad que nadie piensa en el después de la celebración, me refiero al momento en el que los recién casados se tumban en la arena de una playa paradisiaca o en una tumbona de un maravilloso hotel, para recuperarse de los meses que llevan organizando esta importante celebración.

Pero ¡ayyyy!! cuánto valen los pequeños grandes detalles en esta vida. Lara, propietaria de el grupo El Mentidero de la Villa, ha decidido que los novios que decidan casarse en La Villa de El Mentidero (http://www.mentiderodelavilla.es/) situado a las afueras de Madrid (Algete, un sitio mágico), o en El Campillo, la finca que está en la carretera de Villalba/Guadarrama a El Escorial, o aquellos que decidan hacerlo en otro sitio con el catering de El Mentidero, tienen que pasarlo en grande también después de las cenas, bailes y celebraciones por la boda, y a los futuros esposos, les sorprende el día que se presentan para probar la cena degustación en el restaurante de Madrid regalándoles un kikoy a cada uno.

Los Kikoys, además de ser de un algodón delicioso, tienen por el otro lado toalla, por tanto se puede usar como pareo y como toalla, dos funciones básicas para pasarlo bien en las tumbonas, playas o paseos marítimos después de la locura que es organizar una gran boda.

Sinceramente un pedazo de detalle.

Voy corriendo a decirle a mi marido si nos volvemos a casar, realmente ¡me encantaría!