Romper la rutina y salir a caminar con los peques, es más que saludable. Dar un paseo con los pequeños no es algo sencillo, lo más seguro es que digan que no, o que salgan con nosotros al primer impulso, pero a los muy pocos minutos, empiezan las preguntas: ¿Cuánto falta?, ¡me dijiste que sólo un poco!, ¡me duelen las piernas!,¡ tengo hambre!, excusas y excusas para parar. Todo lo anterior no está mal, lo peor es cuando se echan al suelo y hay que cargarlos y ¡volver con ellos a cuestas! Mi hijo nunca ha sido muy apasionado de acompañarme a caminar, desde pequeño le aburría,se cansaba, se quejaba, ahora que es mayor y ejerce de padre, camina con su hija de momento...
Continua leyendo